Tengo ganas de escribir cosas sobre música. No sé música, pero me gusta oírla, y el mundo entero ama los "rankings": los 10 mejores, los 10 peores, los 100 mejores y así. El presente "ranking" haya su sustento en el grado de gusto que me provocan las rolas del disco en cuestión y el nivel de concentración y atención en él.
10. Irakere, Live in Sweden (1981)
Irakere es quizás uno de los padres indiscutibles de la salsa, así como precursores de la fusión de ritmos afro (latino) americanos con rock. En cierta forma se les recuerda como un grupo insignia de la música fusión cubana, tristemente poco se les escucha hoy en día en su natal Cuba.
El disco en si es quizás lo más bailable del mundo. Admito que fue el primer disco que escuché de ellos y me dejaron boquiabierto: la potencia de su ejecución, la vivacidad de sus rolas, el "ritmo" extraño ese que tienen que te invita a levantarte y moverte al lado de sus rolas, incluso a mi que soy detractor del baile. Rifan.
Rola recomendada:
Aguanile Bonko
9. Shakti, Shakti With John McLaughlin (1976)
Uno de los grupos más difíciles de escuchar que conozco dada su tremenda singularidad, muy difícil de describir. En general es música tradicional hindú ejecutada con un ensamble de instrumentos tanto occidentales como tradicionales hindú: guitarra acústica, violín, tabla y percusiones. El resultado es asombroso y único. Simplemente la guitarra que emplea John McLaughlin, lider del grupo, es un tesoro que nunca más volverá a pisar la tierra. La llamada "Shakti Guitar" que consiste en una guitarra acústica con mástil festoneado, tiene seis cuerdas cruzadas sobre la boca que suenan con las vibraciones provocadas al ejecutar las... cuerdas normales de la lira, ello produce un sonido muy similar a una sitar.
El estilo es sumamente variado, a veces tocan piezas lentas, otras veces ejecutan lo que es probablemente una de las piezas más complicadas en guitarra (Joy) y en otros música apta para relajación á lá new age. Sin embargo el encanto de este disco radica en la rapidez de la ejecución de dos de sus tres canciones, la energía y su complejidad. Ciertamente es un disco difícil de escuchar no solo por la fusión sin igual de los instrumentos y los sonidos que producen, sino también por... la duración de las únicas tres canciones que contiene, una de veinte minutos, otra de unos ocho y la última de casi media hora.
En fin.
8. Jean-Luc Ponty, Live (1979)
Juan-Lucas es mi violinista favorito. Este concierto grabado a finales de los 70's es un emblema del jazzrock así como un símbolo de su fin, dado que sus trabajos posteriores cada vez se alejarán más de la fusión del jazz con el rock y experimentará con ritmos africanos, clásicos europeos y orientales.
Violinista francés, trabajó con Frank Zappa, Miles Davis y la Mahavishnu Orchestra, y esto es mencionar demasiado dado que todos ellos fueron el punto de origen del jazz fusión.
En él ejecuta rolas de sus discos Cosmic Messenger, Imaginary Voyage y el monumental Enigmatic Ocean, este último representante indiscutible del jazz rock. Mostrando la potencia característica de la generación iniciada con el Bitches Brew de Miles Davis a la cual pertenece. No puedo dar una descripción de mi experiencia estética del disco. Es fuerte, potente, por momentos sus canciones son explosivas e imponentes. No resulta ser trasgresor como otros discos que han sido incluidos en esta lista, y no logra la agresividad de otros. Sin embargo con justas razones pertenece a mi top 10 de los mejores discos en vivo que he escuchado.
No sé, es difícil describir la apreciación estética y subjetiva de un disco.
7. Jaco Pastorius, Heavy & Jazz (1986)
Jaco es sin duda uno de los personajes más importantes en la historia de la música actual. A la par de Stanley Clarke trasgredió en la ejecución de la guitarra baja, llevándola al papel de solista, cosa que no había sido realizado anteriormente.
Heavy'n Jazz es el último disco en vivo de Jaco, grabado un año antes de su inesperada y prematura muerte. Integrado por el power trio que incluye al virtuoso guitarrista francés Bireli Langrene y un tal Serge Bringolf en la batería ejecutando rolas que bien podríamos llamar jazz heavy, dado que poseé la base rítmica del jazz ¡pero suena heavy! Esto es, las canciones suelen ser rápidas, incluyen solos sumamente profundos, privativos, desgarradores y acordes a la agresividad de la ejecución de las rolas.
Sé que decir que una rola es agresiva dice muy poco, lo que quiero decir es que poseé cierta fuerza y vivacidad incendiaria en quien la escuche y se sienta susceptible a ella.
De nuevo el mismo problema sobre la imposibilidad de describir experiencias estéticas (debería leer más a Hemingway)
6. Weather Report, 8:30 (1979)
Weather report es otro de esos grupos que nacieron de la corriente musical iniciada con el Bitches Brew de Miles Davis. Su formación fue siempre variada, pero la formación definitiva es, a mi opinión, la conformada por Joe Zawinul en las teclas y MOOG, Wayne Shorter en el sax soprano, Peter Erskinre en la batería y, por supuesto, Jaco Pastorius al bajo.
8:30 es su primer disco en vivo, en él ejecutan sus éxitos más conocidos y característicos. Ciertamante la música de Weather Report dificilmente puede describirse más allá del género fusión. Por ejemplo con Jean-Luc Ponty tenemos fusión jazzrock, con shakti fusión indú, con Irakere fusión afro rockerosalsera, y así. Sin embargo W.R. está más apegado a la experimentación musical. Y es precisamente la experimentación musical el sello característico del grupo, mismo que se expone en este disco.
En él se encuentran sus canciones más emblemáticas, incluye Black Market, Brown Street, la experimental Badia, Teen Town y la emblemática Birdland, quizás la canción por la que son reconocidos. Una obra maestra del jazz.
Insisto en señalar el toque experimental de esta banda porque escuchar sus ejecuciones grabadas en vivo es toda una experiencia que yace más allá de escuchar música como acompañamiento de las actividades cotidianes, es una vivencia estética; requiere atención, sentarse y escuchar atentamente para viajar al lado de las canciones, para saber observar el sitio perfectamente localizado de cada efecto raro, de cada ruido simple, de cada nota y de cada silencio entre ellas; así como de la evolución de sus canciones que, al estar inmerso en ellas, te lleva a los lugares que explora sin más.
8:30 es quizás su mejor disco, es un tesoro de cabo a rabo y también un viaje inesperado cuando es escuchado por vez primera.
y con 8:30 de Weather Report comienza el conteo hardcore...
5. Bèla Fleck & The Flecktones, Live at the Quick (2002) & Live Art (1996)
Béla Fleck y los Flecktones (que bien podrían llamarse Victor Wooten & the Wootones) son conocidos por su versatilidad estilística y la brillantez de sus canciones, por su soltura y la facilidad con la que conviven musicalmente entre sí, elemento indispensable para todo buen grupo musical. De hecho parece que a la opinión popular, tanto de conocedores de la música como de no conocedores, son el mejor grupo musical del mundo actual (hoy) y concuerdo con ello.
Conformado originalmente por Béla Fleck, Victor Wooten, Roy Wooten y Howard Levi (con muchísimos músicos invitados) incluí dos discos en el mismo quinto lugar dado que es imposible incluir uno excluyendo otro, es más, es imposible para mi decir que uno es mejor que otro. Ambos son un despliegue de virtuosismo musical que pocas veces puede verse hoy en día.
Tampoco puede catalogarse como un heredero del jazz fusión de los 70's dado su sonido excepcionalmente fresco y único. Pero sin lugar a dudas son los herederos de tal corriente, pero tras heredar su conocimiento siguieron su propio camino creando nuevas formas de hacer música, un nuevo giro musical sin parangón.
¿Puedo catalogar su música en la línea de la trasgresión estilística? Trasgredir suena a romper viejos moldes, y los Flecktones no salieron de ningún molde, no han roto nada, no han levantado el puño de ninguna manera contra tradición musical alguna; todo lo contrario, la han conciliado, ha creado a partir de lo ya hecho, y el resultado de sus creaciones no son collages de otros, sino que son absolutamente novedosos.
Definitivamente el mejor grupo musical de la actualidad, y los discos Live at The Quick y Live Art son una muestra de la fuerza creadora de este grupo musical formado por virtuosos, al igual que en las eras de la trasgresión musical setentera.
Rolas recomendadas:
4. Stanley Clarke, Live (1976-1977)
Describirlo como genial me parece poco, "épico" me parece excesivo, sin embargo es muy bueno, demasiado bueno, tanto que supera mi gusto por Béla Fleck y sus cuates los Flecktones.
Ya antes mencioné que Jaco fue uno de los dos trasgresores del bajo, el otro es Stanley Clarke y al escuchar las primeras notas de la primera canción de este disco se nota por qué. Su técnica es completamente novedosa, razga las cuerdas con los dedos como si se tratase de una guitarra, en efecto un bajo no es más que una guitarra baja, pero hasta Stanley nadie antes lo había tratado como tal, incluido Jaco.
Live 1976-1977 es un disco perfecto de pies a cabeza. No hay una sola canción que salte porque me parezca aburrida o pesada. Es muy liviano y es extraño dada la complejidad de algunas canciones por sus complejos ensambles de viento y eléctricos en conjunción; sin embargo las rolas permanecen livianas, señal de que no todo lo complejo es pesado. También el personal con el que cuenta es de primera: Gerry Brown, un virtuoso en la batería; John McLaughlin, que es quizás el guitarrista más complicado que he escuchado y Ray Gómez con su dominio absoluto de su stratocaster, como si fuera parte de su cuerpo.
Las canciones son bastante memorables, únicas preservando el estilo característico de Clarke, y sobre todo pulcras, sin una sola fisura, sin una sola imperfección. Pero no son ni lineales ni predecibles, son intempestivas y arriesgadas conservando su forma, limpieza y transparencia como pocos músicos son capaces de lograrlos.
Ya tengo una descripción ideal para este disco: impecablemente dinámico.
3. Return to Forever, Live (1977)
Un monstruo. Si reunieramos a los músicos más creativos y virtuosos técnicamente en un disco en vivo y lo juntáramos a un ensamble de viento el resultado sería este: uno de los mejores discos que he escuchado, una reunión de monstruos tocando rolas monumentales, imponentes, potentes, intensas, complejas, impecables y tremendas.
Sin ánimos de exagerar este disco es una muestra de la potencia e intensidad que los mejores músicos de aquel entonces podían alcanzar. Conformado por Chick Corea, Stanley Clarke, Gerry Brown, Gayle Moran y Joe Farell entre otros RTF live es la antesala del final de la era de la fusión del jazz con el rock y el inicio de fusiones cada vez más complejas. Las canciones son enérgicas de principio a fin, en cuanto a ejecución y duración. La rola con la que abren es una síntesis del repertorio de dicho concierto, una bienvenida a una experiencia compleja en cuanto a creatividad y virtuosismo muy similar a las oberturas de la música clásica, un preludio que anuncia que el oyente está a punto de presenciar algo monumental e imponente. Y así es, el oyente se encuentra ante un monstruo de cien cabezas y formas. Pero no por ello deforme, sus formas son variadas pero pulcras, al igual que el concierto de Stanley Clarke.
La segunda canción es intensa, complicada y parece durar una eternidad. Es de las pocas que llevan voz cantada y uno de los estribillos pregunta "¿qué es entonces el eterno retorno?". Está repleta de variaciones de humor y forma, es un monstruo enorme pulcro de muchas formas. Le sigue mi canción favorita del disco y quizás una de las más demandantes: The Musician.
The Musician es otro monstruo, él no es un monstruo multiforme, sino un monstruo que siembra caos, que avanza iracundo y se impone a todo por su vivacidad, intensidad, potencia y fuerza. Y podría seguir así, describiendo el gran tamaño y la imponencia de cada canción, pero me detendré aquí.
El concierto es épico, compararlo con un monstruo es la mejor descripción que puedo dar para hacer mención de su complejidad y fuerza, de su potencia e ira, de todo lo que es y no puede ponerse en palabras, pero se vive con intensidad cuando se escucha a todo volumen.
(desafortunadamente no hay más canciones disponibles en la red)
2. Mahavishnu Orchesta, Between Nothingness and Eternity (1973)
Otro monstruo furioso, no hay más descripciones. En primer lugar el concierto, realizado en Central Park en el 73, comienza con un gong gigante anunciando con su densidad el tamaño de dicho.
Ciertamente solo posee tres canciones: Trilogy, Sister Andrea y Dream. Se dice que no contiene más porque la grabación resultó dañada. También se dice que contenía algunos otros éxitos de la Mahavishnu Orchestra. Eso dicen.
Mahavishnu es una de las grandes y más emblemáticas bandas nacidas del Bitches Brew de Miles Davis, junto con Return to Forever de Chick Corea y Weather Report de Joe Zawinul.
Liderada por el guitarrista de Yorkshire John McLauglin e integrada por Billy Cobham en la batería, Jan Hammer en las teclas, Rick Laird en el bajo y Jerry Goodman en el violín, tan pronto apareció en la escena musical se le confundió con un grupo de hard rock debido a la fuerza y violencia de algunas de sus canciones, sin embargo pertenece a la misma linea de fusión de jazz con rock a la que pertenecen Jean-Luc Ponty (quien en un futuro reemplazará a Goodman al violín) y Return to Forever.
Trilogy es la canción con la cual abren, tiene un comienzo tranquilo con algunas reminiscencias a una escena musical sobre el amanecer. La canción continúa y uno no sabe qué esperar. Llegado un momento la canción explota, es inundado por esos ritmos tan cercanos al hard rock pero con la precisión y pulcritud del jazz. Jazz rock puro.
Pronto Trilogy se convierte en un dueto, en una lucha entre la guitarra de McLaughlin y los sintetizadores de Hammer, uno no sospecha la tensión tan fuerte del grupo en esos momentos y de hecho ese fue el último concierto que dieron antes de desintegrarse. Para entonces Hammer había dejado de hablar a McLaughlin.
Dream es la última rola, parece durar una eternidad por momentos, pero justamente es el cambio de temperamento aquel que le proporciona tal duración. Es emotiva y catártica, es iracunda y está repleta de sentimientos irascibles y a la vez nostálgicos. Es complicada, por momentos está sobrepoblada de solos, acompañada con una batería monstruosa e inigualable que hace temblar al oyente e intimida a cualquier baterista. Los duetos que ésta forma con la guitarra so una muestra más de cuán monstruosa puede sonar la conjunción de dos virtuosos de la música.
Sin lugar a dudas se trata de un monstruo entre los monstruos.
Rola recomendada:
Trilogy
1. Fourth World, Live at Ronnie Scott (1992)
Fourth World es un grupo pequeño, está integrado por Flora Purim, Airto Moreira, José Neto y Gary Meek. Los dos primeros son conocidos personajes en la historia del jazz brasileño y la escena mundial.
Sin embargo no son, o fueron, tan escuchados y aclamados como los otros grupos y músicos aquí incluidos. Mientras que los discos aquí incluidos eran más violentos y potentes uno tras otro de acuerdo a su lugar en el "rank", Fourth World es quizás el más relajante de todos.
En esencia es jazz brasileño, eso dice mucho. Fusionan ritmos de samba y otros con el jazz norteamericano, teniendo como resultado una de las conjunciones más enriquecedoras en términos musicales. La percusión de Moreira no tiene comparación y le da un sello único, sea lo que sea que toque. Sin embargo en Fourth World no toca cualquier cosa. La guitarra que usa José Neto es una Rolf Spuler Paradis, de fabricación alemana. Una guitarra fina tanto en su sonido como en su aspecto, justo del tipo de instrumento que uno se detiene a escuchar por su singular sonido y brillantez. Por ende es imposible colocar distorsión alguna sobre él, hacerlo sería análogo a poner hielo en un vino de 70 años de añejamiento.
Quizás sea el sonido claro y pulcro de la guitarra de Neto el que proporciona ese toque alegremente relajante de Fourth World.
La primera vez que lo escuché no sabía que esperar, incluso admito que las primeras canciones me resultaron aburridas y estaba por hacer a un lado el disco y escuchar otros. Pero el disco en sí comienza con Lua Flora, una rola de tintes fatalistas, intensa y fuerte, pero conserva cierta tranquilidad en su interior, no es como las canciones monstruosas e iracundas de Mahavishnu o Return to Forever. Es seguida por Time One, quizás la canción más alegre del disco.
Pero es Step Seven a mi parecer el corazón del disco, su parte viva más escencial; es aquello que le da vida, singularidad y sentido al grupo. Step Seven es un emblema de virtuosismo, simplicidad y tranquilidad.
Imposible es poner en palabras la experiencia estética que me provoca semejante canción. Como si el cuerpo de la rola no fuese ya relajante y armonizador, irrumpe el solo de José Neto. Un solo tranquilo y pecífico, no es furioso como los de McLaughlin o Ray Gómez, es suave, paciente, te tiende la mano y una vez has sido conducido por él te lleva a un lugar desconocido e insospechado, un lugar repleto de paz que te envuelve por dentro y por fuera.
El resto del disco posee esa esencia tranquilizante y armónica, pero no es música lenta como suele serlo la música de fines relajantes. Es muy movida, alegre, dinámica, pero a su vez relajante sin contradicciones. Justo el tipo de música ideal para escuchar por la madrugada cuando el sonido del mundo duerme y uno busca compañía en el silencio.
Simplemente el mejor disco en vivo que he escuchado
Rola recomendada:
Step Seven
Pues es casi todo.
